Mamen Sánchez : «Me gustaría que se diferenciara un periodismo del corazón menos serio, de otro en el que pensamos en la calidad»

María del Carmen Sánchez Pérez (Madrid, 1971), mejor conocida como Mamen Sánchez, es una reconocida periodista y escritora. Se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid y realizó un doctorado en Historia y Literatura. También ha realizado estudios de Literatura Francesa en la Universidad de La Sorbona y de Literatura Inglesa en las universidades de Londres y Oxford. Es nieta de Antonio Sánchez Gómez y Mercedes Junco Calderón, fundadores de la revista ¡Hola!, una de las publicaciones más conocidas de nuestro país, donde es directora adjunta y directora de su edición mexicana. Por el momento, ha publicado once libros de gran éxito para la editorial Espasa, tanto para adultos, como para niños. Uno de ellos, “La felicidad es un té contigo” (2013), supera los 150.000 lectores. Su última publicación, “Costa azul” (2020), es una novela ambientada en el verano de 1956, que ha cautivado a público y crítica.


“Para mí, escribir es una necesidad muy curiosa que tiene la gente que comparte alguna afición creativa. Es como que, de repente, tienes un impulso que no puedes ignorar, te está llamando todo el tiempo.”

Has nacido en una familia llena de periodistas. ¿Cómo es crecer en un entorno así?

En mi familia el primer periodista fue mi abuelo Antonio, que nació en Ronda en el año 1910. En aquella época el periodismo era una profesión poco prestigiosa. A él le obligaron a estudiar Derecho porque consideraban que el periodismo no le iba a dar de comer. Su padre era militar y le decía: “pero hijo mío, tú quieres ser “chupatintas” y con eso tú crees que vas a dar de comer a tu familia”. Estudió derecho, pero realmente lo que a él le interesaba era la escritura. Le gustaba mucho la poesía y tenía mucho espíritu y vocación periodística. Cuando estalló la guerra, él estaba en Granada porque era el director de un periódico. Después de la guerra, se fue a Barcelona a dirigir otro periódico y allí es donde se le ocurrió la idea de crear una revista de “Para mí, escribir es una necesidad muy curiosa que tiene la gente que comparte alguna afición creativa. Es como que, de repente, tienes un impulso que no puedes ignorar, te está llamando todo el tiempo.” información general. Junto a mi abuela creó la revista ¡Hola!; los dos solos en casa. Poco a poco fueron ganando lectores y dejó el periódico porque la otra faceta de su profesión le arrolló. Él nunca pensó que iba a tener tantísimo éxito. En los años 60 vinieron a Madrid porque aquí estaban las imprentas de color y abrieron la oficina, que ha seguido siendo la misma hasta el día de hoy. Como dices, ha sido una familia muy unida a la profesión. La oficina estaba justo en el piso de debajo de nuestra casa. Cuando yo nací, mi padre se había incorporado a la redacción de la revista. Me acuerdo de que yo iba después del cole a la redacción y me enteraba de todo. Conocía a todos los fotógrafos y me contaban sus experiencias. Era una casa en la que sonaba el teléfono a cualquier hora: “rápidamente por favor, ¿está tu padre?, que se ponga que ha fallecido Jackie Kennedy”. Estábamos muy acostumbrados a recibir llamadas con noticias. Luego ya incorporamos el fax; éramos los únicos de Madrid que tenían uno, con lo cual no servía de nada porque no podías enviar nada a nadie. Lo teníamos para tener contacto con la imprenta. Ahora seguimos en el mismo sitio y seguimos siendo una familia. Estamos los tres hermanos y muchos otros familiares. Se sigue llevando como antes, pero de forma más profesionalizada. Aparte de este edificio y otro edificio en la calle Velázquez, tenemos franquicias en el mundo entero, ediciones internacionales y páginas web. Yo no tenía más remedio que dedicarme a esto, no solo por una cuestión de la herencia familiar, sino porque el espíritu del periodismo está tan metido dentro de ti desde que eres pequeño, que es como la manera natural de seguir creciendo.

Si no te hubieras dedicado a esto, ¿a qué te dedicarías?

 A mí siempre me ha encantado el mundo de los libros, asique supongo que mi vida hubiera ido por ahí. Bueno, en cierta forma has mezclado ambas facetas.

 Tu último libro ha sido “Costa Azul” (2020). ¿Cómo ha sido la experiencia de publicar en medio de una pandemia?

 Tuve la suerte de que yo había terminado y entregado la novela en el mes de enero. Teníamos la salida prevista para junio. Cuando llegó el confinamiento, ya no tenía que trabajar. Lo único por hacer era tomar la decisión de salir o no salir, pero yo creo que hicimos bien. El libro salió en junio, que fue una época buena porque se relajó un poquito el problema. Lo que cambió de otras veces fue la promoción. Otras veces hacíamos reuniones con lectores, con bloggers o con los propios editores. En este caso, todo tuvo que ser online. Como te digo, yo tuve la suerte de tenerlo todo terminado. Durante el confinamiento me dediqué a leer, que también es algo que me gusta mucho y me ayuda luego a escribir. Pasé ese tiempo en el campo y allí estuve leyendo libros muy acordes con la vida campestre, sobre todo el de “Mi familia y otros animales” de Gerard Durrel, que me encantó. También leí un libro maravilloso que te recomiendo muchísimo, “El infinito en un junco”, que habla sobre el nacimiento de los libros.

 Aparte de leer, ¿cómo es tu proceso creativo?

 Para mí, escribir es una necesidad muy curiosa que tiene la gente que comparte alguna afición creativa. Es como que, de repente, tienes un impulso que no puedes ignorar, te está llamando todo el tiempo. No sé si has visto una peli que se llama “Soul”, en ella hay una zona del “más allá” donde está la gente que está tan dentro de su actividad creativa, que vive en otro mundo. Es un poco lo que pasa, encuentras una historia que te llama y te está pidiendo que la cuentes. A veces me parece sobrenatural, pienso que alguien quiere que cuentes su historia. En mi caso, al principio escribes del tirón 20 o 30 páginas de manera inmediata. En ese puto, el libro ya tiene una personalidad. Una vez que sabes de donde partes y hacia dónde quieres llegar, lo del medio es un poco una nebulosa que se va disipando según vas escribiendo. Hay personajes que nacen y se desarrollan solos y otros con los que no habías contado, pero que van tomando más importancia. Escribo todos los días. Si hay algún día que me cueste más por lo que sea, en lugar de adelantar, lo que hago es leer lo que he escrito para ir mejorando palabras en las que me había quedado atascada. Normalmente, en una segunda lectura, lo que hago es borrar, no escribir párrafos nuevos. Disfruto muchísimo escribiendo, pueden pasar horas y para mí han pasado minutos.

 ¿Hay parte de ti en los libros que escribes? Por ejemplo, en tu obra “La flor y nata” (2016) hablas del mundo del periodismo en primera persona.

 “La flor y nata” es el único libro escrito en primera persona. Yo diría que un 80% de lo que cuenta el libro es autobiográfico y el otro 20% es ficción. Ninguno de los personajes relacionados con la voz narrativa, que se supone que soy yo, tienen nombre. No sé si te fijaste, pero uno es mi padre, otro es mi madre y otro es mi hermana. No tienen nombre porque cuando hablas de tu madre no le pones un nombre, siempre te refieres a ella como “mi madre”. La experiencia es bonita, pero creo que solo utilizaré la primera persona cuando sea algo biográfico. En el resto de los libros no plasmo tanto mi vida personal, aunque siempre aparecen reflejados tus sentimientos, tu manera de ser o tus experiencias.

Concretamente, en ese libro hablas del “periodismo del corazón”, un tipo de periodismo un poco mal visto por algunos sectores de la sociedad. ¿Qué opinas de esto?

En el mundo del “periodismo del corazón” se generaliza y se nos mete en el mismo saco que una serie de programas de televisión y medios de comunicación. Nosotros tenemos otra visión del mundo del corazón que no ha variado a lo largo de los años. No se trata de buscar noticias que tengan morbo, que sean sensacionalistas o que den lugar a escándalos. A mí me gustaría que la gente tuviera esa capacidad de diferenciar un periodismo menos serio, de otro periodismo en el que sí que nos procuramos por mantener un nivel de calidad. Somos respetuosos tanto con nuestros lectores como con las personas sobre las que informamos. Siempre nos aseguramos de que una información es cierta. No nos hacemos eco inmediatamente de una noticia hasta que no la hemos confirmado y tratamos de tener acceso directo a los personajes de los que hablamos. Nosotros lo que tratamos son historias de interés humano, de sentimientos o de experiencias como la superación de una situación difícil o la felicidad de una familia que se está formando. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de seres humanos y no de objetos. Hay que ser muy cuidadoso y responsable

¿Tenías pensado continuar con el legado familiar?

 Siempre estuvo en mi mente participar en la empresa familiar. Mi padre era hijo único y nosotros somos tres hermanos. En ese momento, “¡Hola!” era una empresa que estaba en pleno desarrollo y había muchísimo que hacer. Que llegaran periodistas jóvenes, como mis hermanos y yo, le daba nueva visión; como el conocimiento de las tecnologías que empezaban a desarrollarse. Para nuestra empresa era algo bueno e importante. También te digo que dentro de “¡Hola!” hay diferentes formas de ir desarrollarse. Se pueden hacer desde reportajes de investigación hasta bucear en el archivo y escribir artículos muy bonitos. También hay que desarrollar otro campos dentro de la empresa, por ejemplo, mi hermano es un gran empresario al que le gusta mucho el emprendimiento de nuevos proyectos y buscar oportunidades de negocio. A mí, en cambio, siempre me ha gustado más la parte de la redacción, estar al tanto de las noticias. Es una empresa muy variopinta dónde se puede participar desde muchísimos ámbitos. Mi hermana, por ejemplo, estudió una ingeniería y lleva otra parte del negocio, que no tiene tanto que ver con el periodismo sino con la parte financiera.

 ¿Te gustaría que tus hijos continuaran con la empresa?

 Me gustaría que mis hijos estuvieran interesados en esta historia de cuatro generaciones y pudieran empezar cosas nuevas e innovar. Creo que a ellos se les presentan unas oportunidades nuevas y muy diferentes a las que a las que se me presentaban a mí cuando terminé la carrera. El mundo de la comunicación está en pleno proceso de evolución y es un momento que plantea muchos retos e incógnitas. Pasa igual que cuando empezamos mis hermanos y yo; que entre una nueva generación puede ser algo muy bueno e interesante.

Esta pregunta puede resultar un tanto difícil. Si tuvieras que escoger entre tu faceta literaria o tu faceta periodística, ¿con cuál te quedarías?

 Si que es una pregunta difícil, pero yo disfrutaría más con la parte literaria. Es algo que realmente me llena, me gusta y disfruto. Lo que pasa es que también me tira mucho el otro lado, es algo que está dentro de mí y no podría deshacerme de ninguna de las dos partes.

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